lunes, 9 de julio de 2007

EL DERECHO A LA INTIMIDAD, A LA HONRA, A LA DIGNIDAD Y AL BUEN NOMBRE


( I parte)


Son valores invaluables e intangibles a cada ser humano, de allí que se los haya considerado desde tiempos inmemoriales dentro del derecho natural, como parte de los derechos esenciales del hombre, inherentes a su integridad personal, son actualmente mejor conocidos como Derechos Humanos.


Siendo valores que gravitan estructuralmente en el entorno de cada ser humano, dentro de un nivel práctico de sus acciones, son directamente proporcionales y van formando el ámbito de su valoración como resultado de la síntesis de la realidad objetiva y la realidad subjetiva a lo que conocemos como el plano ético en el cual se desarrolla el hombre al interior de sus relaciones con la sociedad; es decir, seremos mejor apreciados mientras mayor sea nuestra participación aporte y contribución sin desconocer por ello igual derecho a quienes sean menos actores sociales.


Así los conceptos, asombra en la práctica la transgresión que se hace de estos principios fundamentales de convivencia y respeto a los Derechos Humanos, se mancilla el honor de las personas sin considerar su rango ni posición social, la diatriba, el insulto, la difamación y la chafarrinada son pan del día; con audaz disgregación de la realidad objetiva y subjetiva, se dice que todos los legisladores son ratas, pillos, ladrones, sin considerar que una gran mayoría de ellos obtuvieron sus escaños en las recientes pasadas elecciones con un volumen de votos que pasa de los cinco millones (Solo en Guayas, Pichincha y Manabí se concentran cerca de 4,5 millones de electores, lo que representa el 56% del total de votantes en el país), y luego con absoluta miopía, entonces, nos dejamos influir por las imágenes alienantes de una televisión sin norte que nos muestra a un grupúsculo de no más de tres mil personas atacando la 'casa del pueblo' (los mismos que fueron tildados de anarquistas en la mitad del mundo que entonces no tenían patente de corzo y ahora si tienen), viandantes autistas de la capital que no representan a nadie sino solo a sus profundas amarguras y resentimientos, rechazados del núcleo de la sociedad, ergo, de sus propias familias, con los cuales nos quieren hacer creer que somos todos los ecuatorianos los que queremos el caos, el desorden y la destrucción de la convivencia pacífica, del trabajo digno, del anhelo de progreso amén de otros bienes patrimoniales del Estado y de todos los ecuatorianos. Nada más alejado de la realidad!.


Es entonces que los medios de comunicación deberían entrar a desempeñar su rol fundamental y de mayor importancia, el de informar objetivamente con independencia absoluta, coherentes con la necesidad de ser guías de la sociedad, consecuentes con la necesidad de orientar en las mayores aspiraciones de la misma y por tanto desterrando practicas escandalosas; comprendiendo que la sociedad exige medios de información concordantes con el desarrollo de los tiempos y la velocidad de los cambios, comprometidos a halar y empujar para que los rezagados se acoplen al desarrollo; y no, estar al servicio de pequeños grupos de efímero poder 'pasantes de la democracia'.


Cuando la libertad de información se convierte en pieza clave de toda sociedad democrática, cuando las diversas funciones sociales de los medios de comunicación son incesantemente atacadas por el poder político, cuando la vida privada de tantas personas está sujeta a la investigación periodística, cuando sus mensajes tienen la capacidad de fijarse en la mente y corazón de millones de personas, no es extraño que las exigencias de responsabilidad moral a la profesión periodística -en sus múltiples dimensiones- crezcan considerablemente. Pues muchas veces son los apuntadores de la escena diaria que nos toca vivir, influenciando en los actores sociales la toma de sus decisiones.


En una siguiente entrega, iré explicando de que modo los medios tienen responsabilidad frente al derecho a la intimidad, a la honra, a la dignidad y al buen nombre.
Dr. Eduardo Caamaño Vega
mailto:worldbec@hotmail.com

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