martes, 10 de julio de 2007

Aprendamos la Cultura del Reclamo

El ecuatoriano no sabe reclamar, unas veces despotricamos sin orden ni método y otras las más, respondemos encolerizados tal vez porque en nuestra incultura proponer una queja prudentemente no tiene cabida, y esto sucede porque casi siempre a quienes va dirigido el reclamo no son suficientemente responsables para resolverlo, o lo que es peor, no están suficientemente preparados para entenderlo y traducirlo en mejoras en el servicio que repercutan en mejoras de la sociedad misma.
En nuestra sociedad hay personas que desarrollan sus actividades como empleados bajo el mando de jefes que muchas veces actúan sin consideración ni cortesía, y en otros casos, son usuarios del servicio provisto por alguna Institución pública o privada en donde han recibido algún trato descortés, o siendo estudiantes de algún centro universitario les han impuesto las calificaciones a dedo, y muchas de esas ocasiones callamos por que esa es nuestra naturaleza, sin racionalizar que el acto del reclamo hace valer nuestra dignidad como seres humanos, pues apela a una igualdad civil esencial que contribuye a restaurar nuestra autoestima y el respeto con efectos virtuosos para la sociedad que la cultiva.
De acuerdo al diccionario, el reclamo es la expresión de una exigencia o la manifestación pública de una oposición. Podría concebirse entonces como un recurso que posibilita a una persona la reivindicación pacífica de derechos y la resolución de conflictos, mediante la argumentación, la confrontación de evidencias y la conciliación.
Educar a nuestros hijos en valores y enseñarles el entrenamiento en el arte del reclamo desde pequeños, para que sepan identificar y defender los derechos propios respetando a los ajenos, contribuye a formar el perfil ideal del ciudadano, mejora el sentido de las proporciones e induce a una sana costumbre fundamental para el posterior desempeño en la sociedad y en el trabajo productivo. Si entendiéramos y asumiéramos la importancia que en la vida diaria la funcionalidad del reclamo y su encauzamiento de acuerdo a normas claras y eficaces tiene en la sociedad, de seguro comprenderíamos también la importancia que en la vida política éste tiene, y comprenderíamos además la importancia de vivir en democracia reconociendo la existencia de un Congreso, pues es en ese escenario en donde deben procesarse adecuadamente las demandas y exigencias heterogéneas, y muchas veces contradictorias de la sociedad, que acude en busca de soluciones que plasmadas en leyes aceptadas por todos, arreglan las dificultades de la convivencia pacífica.
En sociedades más desarrolladas donde existe una cultura que acepta y valora el reclamo, este recurso es habitual, se encuentra democráticamente distribuido, lo que quiere decir que cualquier ciudadano sin necesidad de privilegios o intermediarios puede hacer uso de él y responde a un procedimiento transparente tanto en el ámbito civil y legal; en el ámbito de lo político, a diferencia de lo que ocurre en Latinoamérica, la vida parlamentaria permite el ejercicio del reclamo, pues dirime diferencias y se alcanzan acuerdos entre el Presidente de Gobierno y el Líder de la Oposición quienes tienen por mandato constitucional que comparecer una vez por mes al Congreso a debatir sus contradicciones, tal el caso de España por ejemplo, en donde el Presidente del Gobierno escucha las quejas y reclamos que sobre su gestión hace quien esté ubicado como líder de la oposición. En el mismo ámbito político, siempre en democracia, están las elecciones que son una forma de reclamo y que nosotros mejor conocemos como castigar con el voto, y que hacen factible cambiar los gobiernos pacíficamente.
Si aprendemos a no vivir bajo paradigmas y hacemos uso efectivo del derecho de reclamo dejando de lado los recursos ilegales e inmorales a los que consideramos como "ventajosos", que no son otra cosa que incentivos de corrupción. Si aprendemos a desechar el pensamiento de que casi todo puede arreglarse por la izquierda: desde los estudiantes que compran las notas que les faltan a los profesores, hasta el anuncio de asustar el mercado para la renegociación de papeles de la deuda pública, pasando por la "contratación" de un servicio público gratuito, el pago para ser nombrado funcionario público, el fin de una huelga, el pago por la redacción de una tesis de estudios, etc. Hay toda una gama de procedimientos turbios característicos, lamentablemente aceptados, por acá la coima, por allá el uso de una "palanca" como instrumento de influencia o chantaje se distinguen como una manera de torcer los procedimientos que se reconoce a primera vista; trátese de lo que se trate, hay en todo un aire de familiaridad: eso es precisamente lo que significa equivocadamente asumirlo como "procedimientos ventajosos".
El reclamo no debería interponerse jamás y peor entenderse como una agresión personal o una incitación inminente a la violencia. En resumen, el reclamo es parte de una cultura y pervive por la educación que del tema se tiene, es parte de un género legal y de un sistema político y sirve fundamentalmente para que el individuo responda a actos de autoridad o de otros individuos que considera injustos o lesivos.
En Ecuador, el reclamo pacífico y civilizado puede y debe ser un recurso para lograr el cambio efectivo y positivo. Sin embargo, hace falta mucho para extender este derecho a todos los ecuatorianos y ello implica tanto un reto de diseño jurídico como de ingeniería cultural muy importante a tomar en cuenta por los próximos asambleístas, pues la actual Constitución prevé la tutela del reclamo y la de la defensa de los consumidores como derechos civiles consagrados, de hecho existe la Ley Orgánica de Defensa del Consumidor, La de la Defensoría del pueblo, la de Propiedad Intelectual, la de Comercio Electrónico, la Medio Ambiente, amen de otras leyes y del Código Civil y Código Penal perfectamente aplicables al tema. En tanto esto ocurre, hay que recordar que la posibilidad del reclamo es parte fundamental de la ciudadanía democrática y de la dignidad del individuo y que la ausencia de este derecho vulnera y mutila potencialmente a la persona. Abogados divulguemos este derecho y administrémoslo honesta y éticamente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me parecio excelente este articulo, todos debemos poder expresarnos con libertad para poder ser ciudadados activos y no pasivos de nuestro pais, aprender a reclamar!, aprender a canalizar nuestros reclamos como lo indica en este articulo, espero que publique mas sobre este tema tan interesante. Gracias!