martes, 10 de julio de 2007

De Farisaismos ... Segundo Tercio

Repasando el título del artículo, habíamos hablado en anterior entrega sobre los conceptos de farisaísmos y caudillismos, asociándolos fácilmente con la actualidad política en que vivimos y la vigencia que estos conceptos mantienen en el accionar de los regímenes latinoamericanos, especialmente concernientes a esta parte del continente, en donde, políticos profesionales elegidos por medio del voto a las distintas dignidades del gobierno de un Estado, no han sabido devolver con trabajo y acciones que vayan dirigidas a mejorar la calidad de vida de sus electores, quienes, por vía de esa deslealtad e inconsecuencia, ven diluirse sus últimas esperanzas de cambio y la confianza depositada en los políticos de turno, a quienes los reconocen ya como falsos, interesados únicamente por el bienestar personal en perjuicio del interés colectivo y por los cuales se los reconoce como fariseos (hipócritas) que practican el farisaísmo (hipocresía) en el doble discurso presentado antes y después de todo proceso electoral.

Sucede entonces, que en este contexto un tanto repetitivo de las sociedades latinoamericanas, de esperanzas nacientes y esperanzas frustradas en los políticos profesionales, que las mayorías de sus poblaciones, de una profunda raigambre popular, de bajo contenido cultural y menos favorecidos por la injusta repartición de la riqueza que pervive en nuestro continente, van cíclicamente creando caudillos, líderes innatos pero sin la preparación debida, que una vez en el poder se convierten en déspotas autoritarios, que se nutren del descontento y resentimiento del pueblo para ejercer su autoritarismo; y, de este modo arrasar con todo principio de libertad que es el bien más preciado de todo ser humano, destrozando la legalidad que garantiza las libertades individuales, tanto la libertad de credo como lo que es más importante, “la libertad de expresión” la que se canaliza por intermedio de los medios de comunicación, blanco permanente y preferido del ataque de estos 'neocaudillos', pues por su despotismo (abuso de autoridad poder o fuerza en el trato con los demás) no les interesa que sus ideas, acciones y ejecutorias en el poder, sean contrastadas, peor juzgadas por la opinión pública, pues su interés principal, consiste en destruir cualquier clase de oposición que atente a sus planes del ejercicio de un poder autoritario dentro de un régimen de totalitarismo absoluto. Ejemplos sobran, la cadena de televisión venezolana RCTV, prácticamente “confiscada por el gobierno del caudillo Chavez”, o el del diario La Hora en Ecuador, enjuiciada por opinar diferente que el gobernante de turno, amén de otros medios amenazados a alinearse con el pensamiento del régimen, o de lo contrario son estigmatizados con epítetos de prensa basura, periodismo amarillista, gamberros que se parecen o valen el nombre que lleva el palo transversal del mástil de los veleros, según sus propias palabras.
Y así, entre sucesos de gobierno que no responden a acciones planificadas, decurre el día a día de los ecuatorianos, en una especia de existencialismo en donde se anteponen las circunstancias de la vivencia diaria sobre el conocimiento objetivo, o lo que es lo mismo, en una suerte de práctica de acciones atropelladas e improvisadas a falta de planes racionales validamente consensuados, y en este accionar de improvisación general convertida ya en un vicio de nuestra cultura latinoamericana, en esta suerte de existencialismo, se suceden los gobiernos de turno, cáusticamente improvisando hasta la improvisación.
En este escenario, de cuando en cuando aparecen algunos desprevenidos y espantajos corifeos para alinearse a las acciones oficiales, más bien repitiendo incomprensiblemente que opinando analíticamente, aprovechan los espacios en los medios para alinearse y hacer apología de las acciones desmedidas, desproporcionadas y abusivas de los 'neocaudillos', pretendiendo justificar lo injustificable como el ilegal cierre de la cadena de televisión Radio Caracas Televisión de Venezuela. Ya dirán estos amorfos corifeos insultadores de la inteligencia, que defienden la democracia. Pregunto, que democracia existe en donde se vive en totalitarismo, por qué se defiende el atropello que por vía de la abusiva y antojadiza interpretación de la Ley, se comienza a hacer en nuestros países para perseguir a quienes con criterio de patria opinan sobre los temas de interés nacional.
Es vital mantener la democracia, el vivir en libertad, donde exista libertad de expresión, y la libertad de prensa, pues un Estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero este mismo Estado puede morir por lo que la prensa calle.

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