domingo, 13 de octubre de 2019

DISTORSIONES EN UN PAÍS CONTRAPUESTO

La historia republicana del Ecuador desde sus inicios nos narra  las más grandes distorsiones, parecería que los “mestizos” del otrora Distrito del Sur de la Gran Colombia hubiesen tenido en común el gen de la corrupción, pues fueron quienes,  con la sempiterna insatisfacción generaron la escisión de la Gran Colombia, quienes a la hora de sentarse a hacer efectivos los derechos reclamados, terminaron aceptando la imposición de una deuda de independencia,  que en el tramo correspondiente era exageradamente inflado, y así nació la “deuda gordiana”, una deuda que fue creciendo con el paso de los años y de los gobiernos, hasta el gobierno del hijo de Juan José Flores, Antonio Flores Jijón presidente entre 1888-1892, quien en lugar de hacer efectiva una cláusula de caducidad en el contrato de la deuda, por no haberse reclamado su cumplimiento en más de 25 años, fue a negociar con los ingleses “el pago de los periodos vencidos” y así una deuda que pudo extinguirse 100 años antes, la concluyó de pagar el gobierno del dictador Gral. Guillermo Rodríguez Lara allá por 1977.

Pero esa es una de las distorsiones más, digamos, “estúpidas”, precedida de otras menos “llamativas” como la de iniciar la vida republicana con “presidente extranjero”, venezolano por más seña, y ya, desde allí, dejar una impronta de “sumisión” como pueblo contemplativo y subyugado por los “aprovechados” caciques.

Para las postrimerías del siglo XIX, las distorsiones pasaban por  las cuestiones ideológica políticas, la que se debatían entre los conservadores de derecha conocidos como “ultramontanos” por ser señores terratenientes de la sierra, y los liberales de la costa “dueños de la pepa de oro”. Es en la sierra, en donde la iglesia católica dispensaba indulgencias a cambio de jugosos pagos por parte de los “señores terratenientes” pecadores; se había suscrito un “Concordato  entre el gobierno de García Moreno y la Santa Sede”, que permitía a la iglesia objetar los libros que debían leer los ecuatorianos, señalar al gobierno a los pecadores subversivos de izquierda (léase liberales) a quienes se ordenaba capturarlos, proscribirlos previo baño de agua helada en la pileta de la plaza grande y los correspondientes azotes recibidos en el frío polar de la madrugada,  y por supuesto, recibir del presupuesto general del estado el diezmo 10% a favor del Vaticano, y las haciendas que recibían por las ya señaladas indulgencias en las que se contabilizaban  dentro del inventario junto a los caballos y las vacas, un número X de indios con que contaba dicho territorio.

A finales del siglo XIX, aupados en el poder luego de un cruento período de guerras internas, los liberales inauguraron un período de gobierno en el que se fueron sucediendo -con traición incluida- los partidarios liberales que luego, ya en el poder, fueron convergiendo hacia la derecha conservadora como fue el caso del manabita general Leonidas Plaza Gutiérrez, quien tendría un importante papel en las revueltas que se dieron en Guayaquil en dónde fueron asesinados el gobernador Gral. Pedro J. Montero y otros, y en dónde, previo a ser capturado y luego trasladado a Quito por orden de Zaldumbide y con la venia de Plaza Gutiérrez el Gral Eloy Alfaro fue salvajemente asesinado...

Planteada la cuestión histórica del origen de las distorsiones en nuestro contrapuesto país, vemos ahora que los convulsionados escenarios que vivimos, son una repetición de los hechos vividos desde siempre, guerras civiles como las de Garcia Moreno contra Vintimilla, las guerras liberales, revoluciones internas con alto número de muertos como las de Bonifaz o la guerra del socavón, o más recientes como la guerra de la funeraria, que fueron causadas por cuestiones del poder en el que los causantes, los caciques por un lado que buscan mantener sus privilegios, utilizando a su servicio a los sumisos siendo manipulados por los primeros y usados como carne de cañón, gobernantes necios y sin imaginación, que no ceden porque es más fácil meter mano al bolsillo de los ecuatorianos que recuperar lo    desviado por la corrupción causada por quienes ahora pretenden subvertir el orden, un gobierno sin voceros adecuados,  ni interlocutores válidos que dialoguen... Y así, un capítulo más de las distorsiones sufridas en este maravilloso pero contrapuesto país...